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WASHINGTON (AP) — Elon Musk hizo una promesa clara luego de que Donald Trump decidiera ponerlo a cargo de hacer que el gobierno sea más eficiente.
“No va a ser una especie de secreto de trastienda”, dijo Musk el año pasado. “Será lo más transparente posible”, tal vez incluso transmitido en vivo en línea.
Hasta ahora, no ha funcionado así.
En las tres semanas desde que el presidente republicano regresó a la Casa Blanca, Musk se ha involucrado rápidamente en las agencias federales y evitado el escrutinio público sobre su trabajo. No ha respondido preguntas de los periodistas ni asistido a ninguna audiencia con los legisladores. Los miembros del personal de su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) han hecho de lado a funcionarios de carrera en Washington.
Es un desafío profundo no solo para el funcionamiento habitual al interior del gobierno federal, que Trump propuso desbaratar en su campaña, sino para los conceptos de consenso y transparencia que son fundamentales en un sistema democrático. Musk se describe a sí mismo como el “soporte técnico de la Casa Blanca” y se ha incrustado en un gobierno heterodoxo donde no hay límites discernibles a su influencia.
Donald K. Sherman, director ejecutivo de Citizens for Responsibility and Ethics in Washington (Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington), un grupo de vigilancia del gobierno, dijo que Trump le ha permitido a Musk “ejercer un poder y una autoridad sin precedentes sobre los sistemas gubernamentales” con el “máximo secretismo y poca o ninguna rendición de cuentas”.
La Casa Blanca insistió en que DOGE es “extremadamente transparente” y compartió ejemplos del trabajo realizado hasta ahora, como la cancelación de contratos y la finalización de arrendamientos de edificios infrautilizados. Los republicanos de la Cámara de Representantes declararon que el gobierno de Trump también descubrió que se pagaban beneficios del Seguro Social a una docena de personas que figuraban como adultos mayores de 150 años.
“Vamos a encontrar miles de millones, cientos de miles de millones de dólares de fraude y malversación y, ya saben, la gente me eligió para eso”, dijo Trump en una entrevista en Fox News que se emitirá junto con la Super Bowl el domingo. Describió a Musk como “fabuloso” y dijo que pronto se enfocaría en el Departamento de Defensa, la mayor agencia gubernamental del país.
Cuando se le preguntó el viernes si Musk debería responder públicamente a las preguntas sobre su trabajo, el presidente respondió: “Oh, claro”.
“No es tímido”, dijo Trump. “Elon no es tímido”.
Eso es cierto, al menos a juzgar por las redes sociales de Musk, donde ningún pensamiento parece reprimido. Su cuenta en X es un torrente de memes de internet, ataques a críticos y declaraciones de lealtad al presidente. Ha dejado en claro el gran alcance de sus ambiciones y habla en términos existenciales sobre la necesidad de revertir el déficit federal, recortar el gasto gubernamental y desmantelar programas progresistas.
“Este gobierno tiene una oportunidad para (realizar) una reforma importante que tal vez nunca vuelva a ocurrir”, publicó el sábado. “Es ahora o nunca”.
Musk está acostumbrado a hacer las cosas a su manera. Es la persona más rica del mundo. Se hizo rico con el servicio de pagos en línea PayPal, luego fundó el fabricante de autos eléctricos Tesla y la compañía espacial SpaceX. Más recientemente, compró Twitter, lo rebautizó como X, eliminó empleos y reconstruyó su cultura.
Parece adoptar un enfoque similar con el gobierno federal, pero puede ser hermético sobre sus planes. Por ejemplo, no ha explicado cómo su equipo utilizará el acceso a los sistemas de pago que incluyen datos confidenciales sobre personas en Estados Unidos.
Gran parte del trabajo de DOGE se realiza entre bastidores. Los miembros de su equipo se han presentado en el Departamento de Asuntos de los Veteranos, el Departamento del Tesoro, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, entre otras agencias. Su llegada nunca se anuncia públicamente, y los miembros del personal de carrera están atentos a la presencia de desconocidos en los pasillos.
En el Departamento de Educación, los empleados de DOGE trabajan en una sala de conferencias en el séptimo piso, donde también se encuentra la oficina de la secretaria.
Sheria Smith, presidenta de un sindicato de empleados federales que representa a parte del personal del Departamento de Educación, dijo que no está claro a cuáles sistemas internos ha accedido el equipo de Musk y por qué razón.
“Es la falta de transparencia lo que es alarmante”, agregó.
Mientras que miembros del personal que han trabajado allí desde hace mucho tiempo se preocupan por su futuro, se ha visto a los trabajadores de DOGE chocar las manos alegremente entre ellos.
“Parece que no rinden cuentas a nadie y no se relacionan con nadie de nuestra agencia”, añadió Smith.
A veces circula el rumor de que el propio Musk realiza rondas, pero generalmente ha estado en el complejo de la Casa Blanca, donde tiene una oficina.
David Sacks, un aliado de Musk que trabaja en temas de inteligencia artificial y criptomonedas para el gobierno, manifestó que pasó por allí para ver cómo estaba el equipo de DOGE.
“Toda la sala estaba llena de jóvenes programadores”, mencionó durante el The All-In Podcast, que Sacks presenta junto con otros tres capitalistas de riesgo. “Las personas de las instalaciones no saben qué hacer porque nunca antes habían tenido gente que les pidiera quedarse hasta tarde el viernes por la noche”.
Los periodistas han estado reconstruyendo las identidades de quienes trabajan para DOGE, y han descubierto a un grupo de jóvenes acólitos con experiencia en tecnología e ingeniería.
Algunos son exempleados de empresas de Musk, y él ha dicho que es un delito revelar sus nombres. No ha citado ninguna ley que pudiera infringirse por tal divulgación.
Pero no parece ser una amenaza vana. Ed Martin, el fiscal federal interino designado por Trump en la capital del país, dijo la semana pasada que “emprenderemos todas y cada una de las acciones legales contra cualquiera que impida tu trabajo o amenace a tu gente”.
Martin continuó el viernes cuando agradeció a Musk por referir a sospechosos que estaban “robando propiedad del gobierno y/o amenazando a empleados del gobierno”. Ni la oficina de Martin ni la Casa Blanca proporcionaron información adicional.
Chris Wright, secretario de Energía, defendió el trabajo de DOGE y expresó en una entrevista con el canal sobre economía CNBC el viernes que los miembros del equipo de Musk eran como “jóvenes consultores de gestión ambiciosos que llegan para analizar con ojo crítico cómo se manejan las cosas”.
“Son parte de un equipo reunido por DOGE, amigos del círculo más amplio de Elon que son muy buenos en tecnologías de la información y muy buenos en sistemas”, agregó Wright.
Pasaron más de dos semanas desde la investidura de Trump el 20 de enero para descubrir que Musk se había unido formalmente a su gobierno como empleado especial. La Casa Blanca dijo que Musk presentará un informe de divulgación financiera, pero que se mantendrá en secreto.
Debido a los amplios intereses comerciales de Musk, es probable que el informe sea uno de los más extensos jamás compilados.
No está claro si Musk hizo un juramento a la Constitución como otros empleados federales. Aunque Trump prometió que Musk se mantendría alejado de cualquier área en la que tenga un conflicto de intereses, no se han proporcionado detalles sobre cómo se evalúa eso. Una prueba de ese acuerdo podría llegar pronto, ya que Musk se dispuso a revisar el gasto en el Pentágono, donde SpaceX tiene miles de millones de dólares en contratos para poner satélites en órbita.
Los demócratas del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes intentaron emitir una citación para obligar a Musk a testificar, pero el esfuerzo fue bloqueado por los republicanos.
“¿Quién es este multimillonario no electo que puede intentar desmantelar agencias federales, despedir a gente, transferirla, ofrecerles una jubilación anticipada y hacer reformas radicales o cambios en las agencias sin ninguna revisión, supervisión o aprobación del Congreso?”, expresó Gerald Connolly, representante de Virginia y el demócrata de mayor rango del comité.
Hakeem Jeffries, representante de Nueva York y líder demócrata de la cámara baja, manifestó que los republicanos estaban “haciendo lo que les ordena un titiritero multimillonario no electo y fuera de control”.
Trump mantuvo que él todavía está a cargo de Musk al referir “le digo que vaya aquí, que vaya allá. Lo hace”.
También respaldó el enfoque agresivo de Musk.
“Tenemos que desmantelar algunas de estas cosas para encontrar la corrupción”, dijo.
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Los periodistas de The Associated Press Collin Binkley y Fatima Hussein contribuyeron a este despacho.